París

—¿Con pastillas? —preguntó. —Algún mes. —¿Sin pastillas? —Unos días. Se despidió del médico. Tiró el recetario. Lanzó por la ventana el pastillero. Canceló la cuenta bancaria. Guardó sus dineros. Todos. En efectivo, al bolsillo. Eliminó sus vidas sociales, borró la lista de amigos. Firmó el testamento. Todo, a beneficencia. Dijo un adiós triste a su coche, blanco, viejo. Posiblemente, era el lugar donde más tiempo … Continúa leyendo París